La cantidad de grupos nacionalistas blancos, de odio y antigubernamentales en todo Estados Unidos disminuyó ligeramente en 2024, no por una pérdida de influencia, sino todo lo contrario. Muchos consideran que sus creencias —que incluyen narrativas racistas y la supuesta persecución cristiana— se han normalizado dentro del gobierno y el discurso público.

En su informe anual “Año del Odio y el Extremismo”, publicado el jueves, el Southern Poverty Law Center (SPLC) informó haber contabilizado 1,371 grupos de odio y extremismo, lo que representa una disminución del 5%. El grupo sin fines de lucro atribuye esta baja a una menor sensación de urgencia por organizarse, dado que sus creencias ya se han infiltrado en la política, la educación y la sociedad en general. Según el informe, algunas de las formas en que lo han logrado incluyen impulsar prohibiciones sobre iniciativas de diversidad, equidad e inclusión, vetos de libros y protestas contra las horas de cuentos drag.

El año pasado, hubo 533 grupos de odio activos. Estos incluyen grupos que expresan opiniones anti-LGBTQ+, antiinmigrantes, antisemitas y antimusulmanas. Esta cifra ha venido disminuyendo constantemente desde que alcanzó un máximo histórico de 1,021 en 2018.

“Las tendencias han subido y bajado ligeramente, pero digamos que en general, desde que hacemos el seguimiento, han aumentado. Y eso no solo en cifras totales, sino también per cápita”, dijo Rachel Carroll Rivas, directora interina del Proyecto de Inteligencia del SPLC.

El número de grupos antigubernamentales el año pasado fue de 838, un aumento respecto a años recientes, según el centro legal con sede en Montgomery, Alabama, que monitorea el racismo, la xenofobia y las milicias de extrema derecha. Estos grupos ven al gobierno federal como “tiránico” e incluyen milicias y personas que se autodenominan ciudadanos soberanos.

La supremacía masculina también continúa emergiendo como un grupo de odio influyente. El SPLC documentó siete nuevos grupos de odio supremacistas masculinos, lo que eleva el total a 16. Su retórica promueve la misoginia y los roles de género estrictos. Su creciente influencia surgió en un año electoral en el que el país vio a una mujer de color convertirse en la primera nominada presidencial de un partido político importante.

“No estoy segura de que sea un resultado directo de la candidatura de Kamala Harris”, dijo Rivas. Sin embargo, los investigadores del SPLC ingresaron a salas de chat de organizaciones supremacistas blancas durante las elecciones y encontraron “una vilificación intensa, acusaciones de demonización contra Harris, así como la difusión de la falsa idea de que las mujeres no estarían calificadas”.

Algunas personas de la extrema derecha también han promovido la creencia de que la cultura cristiana blanca está siendo amenazada por una “crisis demográfica”, que incluiría una disminución en las tasas de natalidad.

“Políticos, comentaristas y provocadores de derecha han recurrido a un lenguaje demonizador para atacar a quienes no están de acuerdo con ellos”, indica el informe.

El informe del año pasado encontró “cifras récord” de grupos nacionalistas blancos y anti-LGBTQ en 2023. El análisis destacó cómo los grupos de extrema derecha intentaron desestabilizar la democracia mediante desinformación, teorías conspirativas falsas y amenazas contra trabajadores electorales. También examinó cómo los partidarios de la supremacía cristiana usaron temas similares para organizar un movimiento con orientación autoritaria.

El SPLC es una organización de defensa liberal que, además de monitorear grupos de odio, presenta demandas sobre temas de justicia y ofrece programas educativos para contrarrestar los prejuicios. Frecuentemente criticado por conservadores que lo acusan de sesgo, el grupo sin fines de lucro ha enfrentado demandas por designar a ciertas organizaciones como grupos de odio.

La publicación del informe coincide con la aparición pública de un profesor universitario de Los Ángeles, quien habló ante los medios y simpatizantes unas semanas después de haber resultado gravemente herido en un atropello que denunció como crimen de odio. Su declaración se realizó en el Museo Chino Americano en el centro de Los Ángeles.

Aki Maehara, de 71 años, iba en su bicicleta eléctrica por Montebello, a 10 millas al este del centro de Los Ángeles, el 29 de abril, cuando dice que escuchó a un conductor gritarle un insulto racial. Maehara afirma que un automóvil lo embistió y el conductor se dio a la fuga. Fue hospitalizado con una conmoción cerebral, una lesión en el cuello, una fractura en el pómulo, moretones e inflamación en todo el cuerpo.

Maehara, quien es estadounidense de origen japonés, imparte un curso sobre la historia del racismo en Estados Unidos en East Los Angeles College. Según varios medios, regresó al aula en mayo. El Departamento de Policía de Montebello está investigando el caso.

Fotos de sus heridas publicadas en una página de GoFundMe han sido compartidas múltiples veces en redes sociales, donde usuarios exigen que se presenten cargos por crimen de odio. La campaña de financiamiento colectivo ha recaudado casi $80,000 para Maehara hasta finales de mayo.

Terry Tang

Associated Press

Steve Helber (AP) and Jae C. Hong (AP)